Idiomas Pokémon

Uno de los clichés más extendidos sobre los traductores es que hablamos 33894983 idiomas… pero no.  Sí, nos gustan los idiomas, y sí, es probable que hablemos más de uno y más de dos, pero tampoco es un imprescindible para que nos den nuestro carnet oficial de traductores.

Nuestra opinión es simple: los idiomas no son Pokémones, no tenéis que haceros con todos. Por supuesto, si os gustaría hablar 14 idiomas, a por ello, pero no penséis que por empezar a estudiar traducción tenéis que meteros a clases de muchos idiomas, o que el mejor plan de estudios es en el que te enseñan más idiomas. De hecho, pensándolo bien, ¿para qué gastar créditos de una universidad en estudiar un idioma, si se puede estudiar fuera? Nosotras preferimos asignaturas que nos especialicen o que se dediquen a traducir, porque es difícil hacerlo fuera de la universidad, frente a asignaturas que sean gramática sobre un idioma, puesto que hay muchas academias y escuelas oficiales a las que nos podemos apuntar.

En nuestro grado nos enseñaron el proceso traductor (no es ni lineal ni infalible, ojo), las técnicas, la documentación, la ética… para que luego podamos aplicar todas estas competencias al idioma del que estemos traduciendo. Es como tener una caja de herramientas preparada para utilizarla con la madera que sea. Por supuesto, es un chollo saber trabajar cinco maderas, pero nosotras preferimos tener más herramientas y menos maderas. Por desgracia, los créditos universitarios son limitados y hay que tener ciertas prioridades a la hora de escoger a qué se dedican.

También hay que tener en cuenta que para poder traducir desde un idioma hay que tener un nivel bastante alto, lo cual puede llevar entre tres y cinco años, y que hay que cuidar todos los idiomas que se hablan. No vale con guardarlos en una caja y echar mano de ellos de vez en cuando: es muy fácil perder un idioma, y si sabéis hablar cinco, serán cinco los idiomas que tendréis que mantener activos.

En cuanto a qué idiomas aprender, podemos hacer dos sugerencias. La primera sería que os centraráis en los que se utilizan mucho, como el inglés, el francés y el alemán. Algunos sectores también trabajan mucho con el italiano, el portugués, el árabe y el chino. Otra idea es que os fuerais a idiomas más «raros», porque así tendríais menos competencia. No obstante, al ser más «raros», son más difíciles de aprender y mantener.

Aunque lo parezca, con esta entrada no pretendemos que no aprendáis idiomas, sino que tengáis en cuenta aspectos en los que normalmente no se piensa, como en lo mucho que cuesta mantenerlos o que no se tarda un año en lograr el nivel suficiente. Además, la mayoría de traductores acaban empleando solo una a dos combinaciones de lenguas en su día a día.

Ah, y para acabar… no existe ningún carnet oficial de traductores, aunque debería.

La traducción audiovisual: consejos y curiosidades

Los traductores no traducimos los títulos de las películas. Ah, y cuando traducimos una peli, no ponemos la voz a un personaje en concreto, sino que hemos traducido el guion (traducción para doblaje) u orquestado los subtítulos (traducción para subtítulos), por ejemplo.

Una vez aclarado esto, podemos empezar a explicar de qué vamos a hablar hoy. Como se puede deducir por lo dicho arriba, hoy nos toca mojarnos con la traducción audiovisual (TAV). El pasado viernes 12 tuvimos el placer de asistir a una charla organizada por la Universidad San Jorge en la que aprendimos mucho de los ponentes: Ana Mallo y Xosé Castro.

Imagen de @mallotraducion
Imagen de @tciUSJ

La traducción audiovisual abarca los servicios de traducción en los que un texto, tanto oral como escrito, interactúa con la imagen y el sonido. Los ejemplos más evidentes son los guiones y los subtítulos, pero también pertenecen a este grupo las audiodescripciones o los subtítulos para sordos. Además de las dificultades «habituales» de la traducción de un texto en papel, la traducción audiovisual incluye retos como:

  • La necesidad de sincronizar los labios con lo que se oye o los tiempos con los planos.
  • El límite de caracteres de los subtítulos.
  • Las referencias culturales que se ven en pantalla y que, por lo tanto, no se pueden cambiar.
  • Los acentos y la posible mezcla de lenguas en el vídeo original.

Ana Mallo nos detalló las fases que sigue el proceso de doblaje para que pudiéramos entender la enorme cantidad de profesionales que forman parte de la cadena que nos permite disfrutar de los vídeos en nuestra lengua materna.

  1. Adquisición del texto.
  2. Fase de producción del vídeo.
  3. Traducción: lo ideal es que al traductor le envíen una copia del guion original y otra del vídeo original, aunque no siempre es así. Por ejemplo, por motivos de confidencialidad, en el vídeo que enviaron a los traductores de Star Wars solo se veían los labios de los personajes. Nada de spoilers, amigos.
  4. Ajuste: el ajustador o el director de doblaje comprueban la sincronía de los labios y la imagen con lo traducido. ¿Se nota mucho que está traducido? ¿Es demasiado largo lo que dicen? A retocar, entonces.
  5. Dramatización: los actores de doblaje leen este nuevo guion y dan voz —y vida— a los personajes. Se dice que el cine es la mejor carta de presentación de un actor de doblaje, puesto que se cobra mejor por un anuncio que por una peli. ¿Os lo podéis creer?
  6. Mezclas: el técnico de sonido se encarga de que todos los sonidos (voz, música, efectos sonoros) estén limpios y en su sitio. A pesar de lo común que es el doblaje en España, no existe ningún grado universitario para ser técnico de sonido. Qué fuerte, ¿no?

Por otra parte, los subtítulos para sordos incluyen anotaciones relativas al sonido, como por ejemplo «portazo» o «maullido». Tened en cuenta lo importante que es todo lo que oímos en un vídeo, más allá de los diálogos. La música, los efectos, los sonidos ambientales… ¿os imagináis ver Psicosis sin música, o no oír los ruidos de los tacones de las protagonistas de Sexo en Nueva York? Además, existe un código de colores para saber más fácilmente quién está hablando. Los subtítulos para sordos tienen que recoger lo mejor posible todos estos estímulos para que la persona sorda se emocione tanto como la persona oyente.

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Los sordos pueden seguir un vídeo gracias a los subtítulos pero, ¿y los invidentes? ¿Cómo pueden «ver» ellos una película? Pues gracias a las audiodescripciones que, por cierto, son súper curiosas. Al estar destinadas para invidentes describen oralmente el ambiente y los gestos de los personajes, todo lo que sea importante para que puedan disfrutar del argumento de la película. Aquí tenéis dos enlaces de vídeos con audiodescripciones. Podéis cerrar los ojos para ver si seguís bien lo que está ocurriendo. ¡Ah!, y no solo sirven para vídeos, también existen audiodescripciones de, por ejemplo, cuadros.

Siguiendo con el tema del doblaje, Xosé Castro destacó una serie de máximas que hay que tener muy en cuenta al doblar una película. Y no es que hay que hacerle caso porque sea profesor, no, es que hasta sale en Wikipedia. Según él, para traducir no hay que ser bilingüe, sino biculto, porque no solo de idiomas va la cosa.

Hay que tener muy en cuenta cuándo se está desarrollando la acción y quién es el personaje que habla. Por ejemplo, no va a decir un señor del siglo XIX un «Me flipas, tía». Sería un poco raro, ¿no? Al entrar a una sala de cine, el espectador acepta que todo lo de la peli es real. Es lo que se conoce como la suspensión del descrédito. Que viene un dragón rosa, te lo crees, no hay problema. Que aparece un caballero, te lo crees, todo correcto. Pero si de repente este dice «¡Acabaré con su vida!», ya no resulta tan creíble. Te mato, pero te trato de usted, ala.

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El traductor no debe violar la suspensión del descrédito. Igualmente, hay que pensar en lo que diría el personaje. Igual nosotros utilizaríamos cierta expresión, pero… ¿lo haría un gánster de los 50? ¿Un político de los años 20? Además, esta expresión debe sonar natural, algo que suele complicarse con los tacos, puesto que en algunos países se insulta más que en otros o tienen más fuerza. Por ejemplo, en España insultamos muchísimo, pero en Gran Bretaña quedaría muy raro llamarle imbécil a alguien sin una buena razón. Ah, y como apunte, en una situación real en España no solemos decir «jodido», así que no más «jodidos», por favor. Suena mucho más natural un «¡Dame la pistola, coño!» o «¡Dame la puta pistola» que un «¡Dame la jodida pistola!».

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Otro punto consiste en adaptar las referencias que el espectador no vaya a entender. Lo ideal es crear el mismo efecto en el espectador de la versión traducida que el de la versión original. Por eso el humor es muy difícil de traducir. En muchas ocasiones, se apoya en referencias culturales propias de un país… ¿o entenderían los portugueses una broma sobre Belén Esteban?

No obstante, la imagen es la Biblia para el traductor audiovisual. Lo que salga en pantalla siempre es lo que predomina. Si hablan de que la Coca-Cola es verde y en la imagen sale una lata verde, no podemos hacer que el personaje diga que es roja, aunque sea así en España.

Para terminar, solo podemos agradecer a la universidad que nos invitara y a los ponentes que compartieron su conocimiento con nosotras y que nos hicieron pasar un rato tan divertido. ¡A Dios pongo por testigo de que nunca pondré un jodido!

Las onomatopeyas

Nadie suele pensar en las onomatopeyas, pobrecitas. Las damos por supuesto, como si no tuvieran ningún peso, porque no tienen ningún significado en concreto… pero en una traducción son importantes. ¿Tenemos las mismas onomatopeyas en todos los países? ¿Se escriben igual?

Mortadelo y filemón

En el caso de los perros, por ejemplo, cambian bastante tanto la fonética como  la escritura. En el caso de los gatos, se cambia más lo que es la grafía. En el siguiente enlace podéis averiguar si los animales de diferentes países se entenderían o si el idioma cambia tanto como en el caso de los humanos.

Por supuesto, las onomatopeyas no solo recrean sonidos de animales, sino que expresan ruidos[ambientales], sonidos de instrumentos y de seres humanos, por ejemplo. Son claramente representativas: si yo escribo tilín, tururú, muac o achís, entendéis perfectamente lo que está pasando, ¿verdad?  Las onomatopeyas añaden expresividad y se utilizan especialmente en cuentos y cómics.

A pesar de que sean tan fáciles de entender, no son para nada fáciles de traducir. En primer lugar, solemos jugar con el espacio disponible y, como las solemos utilizar en lo oral, no sabemos muy bien cómo se escriben. Además, tendemos a contaminarnos con el inglés (¿desde cuándo una bomba hace ¡boom! y no ¡bum!?). Finalmente, hay que tener muy en cuenta el tono en el que lo está diciendo el personaje para que al traducirlo dé el mismo efecto. No suena igual un jajajaja que un ja, ja, ja, ¿no?

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Los que sí que hacen caso a las onomatopeyas son los ingleses. ¡Están locos por ellas!  De hecho, construyen verbos a partir de ellas. Por ejemplo, tweet es el sonido que hace el pájaro (pío), pero también es el verbo piar; y burp es el sonido de un eructo y también el verbo eructar. Qué bien aprovechadas, ¿no os parece?

En español, además de que no les hacemos mucho caso, solemos confundirlas con las interjecciones (ah, ay, uy). En realidad, tampoco es un crimen, puesto que son parecidas, pero tampoco está de más que las diferenciemos. La principal diferencia es que las interjecciones son enunciados completos y las onomatopeyas son imitaciones de sonidos y ruidos. Por otra parte, las interjecciones pueden ser “palabras completas”, como ¡vaya! y ¡jodo!

A pesar de ser cortitas, las onomatopeyas aportan un toque diferente a un texto y pueden suponer un gran quebradero para el traductor. ¿Les prestaréis más atención/la atención que se merecen la próxima vez?

 

 

ELLAS, TRADUCTORAS

Hoy, 8 de marzo, día de la mujer, queríamos hacer nuestro propio homenaje a las mujeres y, especialmente, a todas las traductoras.

El sector de la traducción y la interpretación es uno de los pocos en los que la tasa de mujeres es más alta que la de hombres. De hecho, estudios realizados afirman que casi un 65 % de los estudiantes de traducción de Europa son mujeres. ¡Pero es que en España este porcentaje sube hasta el 69 %! Además, a pesar de la brecha salarial que existe hoy en día, la traducción y la interpretación es una de las pocas profesiones en las que hay igualdad en la remuneración.

Quizás esto se deba a que, desde los orígenes de la traducción, las mujeres tuvieron un papel importante. En Occidente, durante la Edad Media y el Renacimiento, la traducción era una de las pocas prácticas que podían llevar a cabo las mujeres. Aunque todo sea dicho, solo estaban autorizadas a traducir textos religiosos, y solo las más influyentes lograban alcanzar esta función.

Mary Herbert (1561-1621), condesa de Pembroke, fue una de las primeras traductoras que se conocen que, como no se le permitía componer obras literarias, decidió dedicarse a la traducción de obras, como The Tragedy of Antony. Otra traductora también conocida de su tiempo fue Margaret More Roper (1505-1544), hija de Tomás Moro, pensador, teólogo, político, humanista, poeta, traductor y escritor inglés, y lord canciller de Enrique VIII. Centrándonos en España, Isabel de Correa es la primera traductora que conocemos. Y no solo fue traductora, también fue poetisa sefardí hacia el año 1659. Podemos encontrar su obra, El Pastor Fido, bajo el nombre de Baptista Guarino.

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Fue en siglo XIX cuando hubo una incorporación masiva de la mujer a la escritura y fueron muchas las que, además de crear obras, realizaban también labores traductoriles. Algunas de ellas fueron Gertrudis Gómez de Avellaneda, que tradujo del francés a Victor Hugo, Dumas padre o G. Lemoin; Cecilia Böhl de Faber y Larrea (bajo el pseudónimo de Fernan Caballero), que tradujo a Madame Stael y Lammenais; Emilia Pardo Bazán, que tradujo a Heine del alemán y a E. Goncourt del francés; y Faustina Saez de Melgar, que tradujo a Pierre Zaccone o F. Brener, Julia Asensi a Gautier.

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Emilia Pardo Bazán

Hasta nuestros días, más y más mujeres han elegido dedicarse a la traducción, hasta convertirse esta profesión en un ejemplo de igualdad. Sin embargo, si ya de por si la labor del traductor tiene poca visibilidad, en el caso de las mujeres la situación empeora más todavía. Por ejemplo, en los Premios Naciones a la Mejor Traducción, desde el año 1984 al 2017, de los 47 premios, solo 12 han sido para traductoras. La mitad de ellos fueron otorgados en los últimos 10 años, mientras que la otra mitad se otorgaron en los 26 anteriores.

Queríamos terminar esta entrada mencionando a algunas traductoras españolas como María José Aguirre de Cárcer que, desde su estreno en España en 1991, ha sido la traductora de los guiones de Los Simpson. Además, también ha traducido otras series como Lost, Expediente X, Futurama, Sensación de vivir, Melrose Place, Primos Lejanos y Entre Fantasmas.

Por otra parte, Pilar Ramirez Tello es traductora literaria, técnica y jurada de inglés. Ha traducido sagas literarias como Los juegos del hambre o Divergente, pero tiene ​más de medio centenar de libros traducidos a sus espaldas. Ella fue la creadora del conocido término «sinsajo».

Por último, Elvira Sastre, poetisa, escritora, filóloga y también traductora. Su primer trabajo fue Los hijos de Bob Dylan, de Gordon E. McNeer. También ha traducido Poemas de amor de Oscar Wilde o Otras maneras de usar la boca de Rupi Kaur.

La traducción tampoco habría sido posible sin ellas, ni lo sería hoy en día.

¡Feliz día de la mujer, compañeras!

¿Cómo podéis reconocer a un traductor?

(Pista: no es un diccionario con patas)

Seguro que alguna vez que estabais fuera de España habeis visto a una persona y habéis pensado: este fijo que es español. Pues con los traductores pasa lo mismo. Tenemos una serie de características que nos hacen ser unas criaturas un tanto peculiares (qué te parece así? sino quitamos lo de criaturas) y que nos hacen reconocernos entre nosotros. Aquí van algunas pistas:

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1. Vamos a encontrar fallos ortográficos hasta debajo de las piedras. A veces nos debatimos entre decirle a un amigo que ha escrito eso mal o conservar su amistad. Dificil elección.

2. Ah, y nos encanta que las comas estén bien puestas.

3. Conocemos datos raros sobre cosas raras, como que las ballenas provienen del lobo. Seguro que nunca va a faltar tema de conversación.

4. Llevamos fenomenal eso del «multitasking». Nos da para estar en varias cosas a la vez.

5. Nos encantan los idiomas y saber el origen de las palabras, vamos, la etimología.

6. Siempre estamos formándonos. No es de extrañar que tengamos un congreso la semana que viene, un curso o clases de x idioma. También estamos a la última con los cambios ortográficos, las últimas palabras que ha aceptado la RAE y con las noticias, ¡hay que estar informado!

7. El pijama es nuestra segunda piel. Larga vida a los pijamas.

8. Estamos hechos de un 75 % de café.

9. Somos curiosos. Muy curiosos. Nos van a interesar cosas que igual no sabíais que existían, o que pueden parecer súper poco útiles. Aunque solo hace falta decir «esta palabra no la voy a usar en la vida» para que te encuentres con esa palabra al día siguiente. Somos así, qué le vamos a hacer.

10. Seguro que tenemos alguna aplicación de lingüística en el móvil, el diccionario de la RAE como mínimo.

11. Si hablais del Google Translator o de la traducción automática pondremos la misma cara que pondríais vosotros al comeros un limón de un bocado.

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Ups…

12. Nos conocemos entre nosotros y estamos continuamente en contacto. Es importante ser buen compañero, ayudar a los demás cuando no encuentran el equivalente adecuado para un término, recomendar su trabajo, porque después te ayudarán a ti. Hoy por ti, mañana por mi.

13. Nos encanta viajar (como a todo el mundo, o casi todo el mundo, vamos) y poder descubrir y disfrutar de las culturas del mundo nos apasiona.

14. Somos súperagradecidos. Apreciamos mucho cuando se reconoce nuestro trabajo, ya que se suele hablar del traductor como esa profesión «en la sombra». Es verdad que una buena traducción no tiene que parecer una traducción, pero estamos un poco hartos de que solo nos mencionen cuando cometemos algun fallo (que somos tan humanos como los demás) y no cuando hacemos las cosas bien.

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15. Si aún así no podéis reconocernos, no os preocupéis, nos encanta hablar de nuestro trabajo. Seguro que en algún punto de la conversación utilizamos la palabra «traducción», «traductor» o «traducir». 100 % garantizado. No clickbait.

La Casa del Traductor de Tarazona

La Casa del Traductor es una institución creada con el fin de prestar servicios a traductores literarios de todas nacionalidades, así como un lugar de trabajo e intercambio para facilitar la labor de los traductores y mejorar la calidad de sus obras. En España, la Casa se encuentra en Tarazona y, desde abril del año pasado, Enrique Alda es su coordinador. A continuación, detallamos algunos de los eventos y actividades que la Casa llevó a cabo durante 2017:

El 23 de abril, la Casa del Traductor celebró el Día de San Jorge con una mesa en la que se expuso una selección de libros traducidos por los mismos participantes para dar a conocer a los ciudadanos la labor que se lleva a cabo.

El jueves 4 de mayo los alumnos de 4º de la ESO del colegio Sagrada Familia tuvieron la oportunidad de visitar las instalaciones de la Casa del Traductor. La traductora neerlandesa Brigitte Coopmans, que en esas fechas se alojaba en la Casa, conversó con los alumnos sobre los gajes del oficio y tanto ella como Enrique Alda respondieron a las dudas que les plantearon. Además, ese mismo fin de semana se celebró la Feria de Muestras en Zaragoza, en la que la Casa del Traductor tuvo una mesa con textos que habían sido traducidos allí.

El 1 de julio la Casa del Traductor organizó un vermú poético-musical que contó con la participación de la actriz zaragozana María José Moreno y la poetisa Laura Muñoz, que leyeron poemas traducidos en la Casa. El acompañamiento musical de la velada corrió a cargo de la cantante irlandesa Leslie Dowdall, el violinista turiasonense Jaime La Peña y el percusionista zaragozano Juan Millán.

El día 22 de julio se llevó a cabo un homenaje a la escritora Trinidad Marcellán. Este homenaje lo organizaron al alimón y en secreto el escultor Ricardo Calero, el coordinador de la Casa del Traductor, Enrique Alda, y los poetas Ángel Guinda y Manuel Forega. Tras la sorpresa inicial de Trinidad, que acudió sin saber lo que iba a encontrar, se le hizo entrega de un libro objeto confeccionado por Ricardo Calero que contenía las fotografías aportadas por Columna Villarroya y Manuel Forega, entre otros. Una copia de dichas fotografías decoraron las paredes del salón de actos de la Casa del Traductor, junto con textos escritos para la ocasión y leídos por Manuel Forega, Antón Castro y Miguel Mena, entre otros. Además, la velada estuvo acompañada por música de la mano de Franco Deterioro y Kike Reyes.

El 21 de septiembre Rada Panchovsca, Geoffrey Brock, Ahmed Abdullatif, Magdalena Kotzurek y Enrique Alda, invitados por la Universidad de Soria, participaron en una lectura multilingüe de Manolito gafotas.

El 30 de septiembre, con motivo del Día Internacional de la Traducción, la Casa del Traductor organizó una jornada de puertas abiertas.

El 20, 21 y 22 de octubre se celebraron los Encuentros de Traducción, cuyos talleres estuvieron dirigidos por Gabriel Sopeña y Joaquín Carbonell. Esta es una reseña de dichos talleres.

El 11 de noviembre el coordinador de la Casa del Traductor participó en una mesa redonda sobre traducción que se organizó con motivo de la Feria del Libro de Tarazona.

Además de organizar todos estos eventos, el coordinador de la Casa se ha puesto en contacto con todas las universidades españolas que cuentan con un Grado de Traducción. En primer lugar, visitó la Universidad San Jorge para dar a conocer la labor que se lleva a cabo en la casa y se firmó un convenio de prácticas que permitió que dos estudiantes efectuaran sus prácticas en Tarazona. Por otra parte, algunos profesores de Lenguas Modernas de la Universidad de Zaragoza visitaron las instalaciones de la Casa del Traductor y se comentó la posibilidad de hacer actividades conjuntas. Fuera de las fronteras de nuestra comunidad autónoma, se han firmado convenios con Universidad de Vic, Universidad Autónoma de Madrid, Universidad de Alcalá, Universidad de Soria, Universidad Jaume I, Universidad Menéndez Pelayo y Universidad Pompeu Fabra.

A nivel institucional, se han estrechado vínculos con la Escuela Oficial de Idiomas, gracias a la invitación a su XXV aniversario. El acto contó con numeroso público, que disfrutó de una velada diferente en el incomparable marco del claustro de la catedral. También se estableció contacto con ASATI, la única asociación de traductores que existe en Aragón. Además, el coordinador de la Casa se ha puesto en contacto con todas las asociaciones de traductores literarios del mundo y con todas las Casas del Traductor de Europa.

Gracias a los diferentes eventos, la televisión se interesó por la labor de la Casa y realizó reportajes sobre la misma. Enrique Alda participó en el programa La entrevista, de la General TV de Tarazona y el Moncayo. El 26 de junio Lynda Lounas, residente en la Casa del Traductor, participó en un programa de radio de la cadena SER para hablar sobre el proyecto de traducción en el que estaba trabajando. Después de la entrevista leyó en árabe algunos de los poemas de Ibn Arabi que había traducido. La versión en castellano la leyó el coordinador de la Casa.

También se ha corregido y mejorado la página web de la Casa y se ha traducido al inglés.

Seguro que este año podremos disfrutar de muchas más actividades. De momento, está previsto que en julio del 2018 la Casa del Traductor organice un Congreso de Hispanistas en el que participará la Asociación de hispanistas Siglo diecinueve. ¡Va a ser un año muy interesante!

La subtitulación

Cuando pensamos en la traducción audiovisual siempre se piensa en traducir y subtitular películas. Pero subtitular y traducir no es lo único que se hace en la traducción audiovisual. También es necesario transcribir el audio o documentar y catalogar el vídeo utilizando términos de diferentes idiomas, entre otros. Tampoco se trabaja siempre con películas y vídeos. Pueden ser anuncios, conferencias, vídeos educativos o documentales.

¿Quién necesita el subtitulado?

La producción de vídeos ha aumentado exponencialmente durante los últimos años, puesto que es una forma rápida, sencilla y entretenida de divulgar información. Son varios los sectores que cada vez se apoyan más en este formato. Un ejemplo es el sector audiovisual, aunque esto se debe a que la Ley General de la Comunicación Audiovisual de 2010 obliga a las cadenas de televisión a subtitular en español el 80 % de su parrilla si son privadas y el 90 % si son públicas.

El sector institucional también recae mucho en la traducción audiovisual, puesto que todo lo que se emite tiene que estar subtitulado. Por ejemplo, los organismos de la UE están obligados a subtitular en diversas lenguas los vídeos de las conferencias. De esta forma, los ponentes pueden ejercer su derecho de hablar en su idioma y el resto podemos entender lo que dicen.

El sector educativo genera mucho contenido audiovisual porque considera que los vídeos ayudan en gran medida a transmitir conocimientos. ¿Quién no ha buscado un vídeo en Youtube aclarar dudas sobre X tema? Los emisores de este contenido, como por ejemplo escuelas de negocio privadas, desean que llegue a un nivel internacional y, por ello, lo subtitulan en varios idiomas.

Además de que  los vídeos son una forma rápida y divertida de aprender, ayudan a mejorar la ubicación de un sitio en la web, de ahí que sea útil generarlos. Para posicionar un vídeo hay que generar metadatos para el vídeo, también conocidos como SEO para vídeo. Una buena forma de hacerlo es transcribir el vídeo, método que, a su vez, ayuda a posicionar el vídeo (y  por ende, el sitio web) en Internet. En lo referente a vídeos, también cabe destacar que cada vez son más comunes los vídeos con subtítulos en plataformas y redes como Facebook. Como una gran mayoría de personas las consultan desde el móvil en sitios en los que no se puede poner volumen, los subtítulos nos permiten enterarnos de qué va el vídeo sin necesidad de escucharlo.

El último sector es el de eventos y conferencias. España es puntera a nivel mundial en los vídeos del sector eventos y conferencias. La mayoría de conferencias se transcriben, subtitulan e indexan.

¿Cómo se trabaja con los vídeos?

Antes, se escuchaba el vídeo, se transcribía, se traducía y se ajustaba. Ahora, gracias a programas informáticos como el generado por Etiqmedia, se tarda 5 veces menos que de la manera convencional. Este programa permite el llamado «flujo supervisado de trabajo». En primer lugar, el programa transcribe y ajusta el audio a modo de borrador. Una persona corrige la transcripción y la reajusta en caso de que sea necesario. Después, un traductor se encarga de traducirlo todo. Según se va cambiando de segmento o de minuto, el programa va reajustando y aplicando los cambios elaborados por el traductor. Esta forma de trabajar es mucho más rápida y cómoda que la primera, puesto que uno de los pasos más laborioso, la transcripción, lo hace la máquina.

En resumen, podemos ver que el mundo de la traducción audiovisual está cambiando continuamente, ya sea por leyes o por la influencia de otros aspectos cotidianos, y que cada vez existen más programas que pueden facilitar el trabajo de los traductores, hacerlo más rápido y, por lo tanto, más eficaz y eficiente.