ELLAS, TRADUCTORAS

Hoy, 8 de marzo, día de la mujer, queríamos hacer nuestro propio homenaje a las mujeres y, especialmente, a todas las traductoras.

El sector de la traducción y la interpretación es uno de los pocos en los que la tasa de mujeres es más alta que la de hombres. De hecho, estudios realizados afirman que casi un 65 % de los estudiantes de traducción de Europa son mujeres. ¡Pero es que en España este porcentaje sube hasta el 69 %! Además, a pesar de la brecha salarial que existe hoy en día, la traducción y la interpretación es una de las pocas profesiones en las que hay igualdad en la remuneración.

Quizás esto se deba a que, desde los orígenes de la traducción, las mujeres tuvieron un papel importante. En Occidente, durante la Edad Media y el Renacimiento, la traducción era una de las pocas prácticas que podían llevar a cabo las mujeres. Aunque todo sea dicho, solo estaban autorizadas a traducir textos religiosos, y solo las más influyentes lograban alcanzar esta función.

Mary Herbert (1561-1621), condesa de Pembroke, fue una de las primeras traductoras que se conocen que, como no se le permitía componer obras literarias, decidió dedicarse a la traducción de obras, como The Tragedy of Antony. Otra traductora también conocida de su tiempo fue Margaret More Roper (1505-1544), hija de Tomás Moro, pensador, teólogo, político, humanista, poeta, traductor y escritor inglés, y lord canciller de Enrique VIII. Centrándonos en España, Isabel de Correa es la primera traductora que conocemos. Y no solo fue traductora, también fue poetisa sefardí hacia el año 1659. Podemos encontrar su obra, El Pastor Fido, bajo el nombre de Baptista Guarino.

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Fue en siglo XIX cuando hubo una incorporación masiva de la mujer a la escritura y fueron muchas las que, además de crear obras, realizaban también labores traductoriles. Algunas de ellas fueron Gertrudis Gómez de Avellaneda, que tradujo del francés a Victor Hugo, Dumas padre o G. Lemoin; Cecilia Böhl de Faber y Larrea (bajo el pseudónimo de Fernan Caballero), que tradujo a Madame Stael y Lammenais; Emilia Pardo Bazán, que tradujo a Heine del alemán y a E. Goncourt del francés; y Faustina Saez de Melgar, que tradujo a Pierre Zaccone o F. Brener, Julia Asensi a Gautier.

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Emilia Pardo Bazán

Hasta nuestros días, más y más mujeres han elegido dedicarse a la traducción, hasta convertirse esta profesión en un ejemplo de igualdad. Sin embargo, si ya de por si la labor del traductor tiene poca visibilidad, en el caso de las mujeres la situación empeora más todavía. Por ejemplo, en los Premios Naciones a la Mejor Traducción, desde el año 1984 al 2017, de los 47 premios, solo 12 han sido para traductoras. La mitad de ellos fueron otorgados en los últimos 10 años, mientras que la otra mitad se otorgaron en los 26 anteriores.

Queríamos terminar esta entrada mencionando a algunas traductoras españolas como María José Aguirre de Cárcer que, desde su estreno en España en 1991, ha sido la traductora de los guiones de Los Simpson. Además, también ha traducido otras series como Lost, Expediente X, Futurama, Sensación de vivir, Melrose Place, Primos Lejanos y Entre Fantasmas.

Por otra parte, Pilar Ramirez Tello es traductora literaria, técnica y jurada de inglés. Ha traducido sagas literarias como Los juegos del hambre o Divergente, pero tiene ​más de medio centenar de libros traducidos a sus espaldas. Ella fue la creadora del conocido término «sinsajo».

Por último, Elvira Sastre, poetisa, escritora, filóloga y también traductora. Su primer trabajo fue Los hijos de Bob Dylan, de Gordon E. McNeer. También ha traducido Poemas de amor de Oscar Wilde o Otras maneras de usar la boca de Rupi Kaur.

La traducción tampoco habría sido posible sin ellas, ni lo sería hoy en día.

¡Feliz día de la mujer, compañeras!