Español neutro… ¿qué?

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En España decimos que hablamos español y nos quedamos tan anchos, sin pensar en lo que engloba el término español. Por ejemplo, nos parece que decir carro resulta raro, pero es tan español como coche. Puede que haya gente que se piense que el español de España, o el castellano, es más correcto que el español que se habla en Chile, Colombia o Perú, cuando no es así. De hecho, esto no puede estar más lejos de la realidad.

El español o castellano no es una lengua uniforme, tiene muchas variedades dialectales. Dentro de España se distinguen las hablas septentrionales de los territorios donde en el pasado se hablaban las lenguas antiguas leonesa y aragonesa y, por otro lado, las hablas meridionales, entre las que están el andaluz, el murciano, el extremeño y el manchego. Pero esto no se queda aquí, sino que también encontramos las modalidades ultramarinas, que son el canario y el español de América. Por lo tanto, con todas estas variedades de un mismo idioma, ¿es posible hablar de un español neutro? ¿Existe de verdad?

Resultado de imagen de mapa de las variedades dialectales del español

Lo que se conoce como el español neutro nació en la época de los sesenta en España cuando se empezaron a doblar películas y series con un seseo un tanto particular y algunas expresiones que no convencieron a la audiencia española. Esto es porque los doblajes se vendían en todo el mundo hispano y, por lo tanto, había que crear una «nueva» variedad del español que entendiese todo hablante del idioma.

El claro ejemplo de esto son las películas Disney, en las que se dejaban de utilizar localismos o expresiones dialectales, creando una variación lo más neutra posible. Es verdad que algunas veces se utilizaron acentos de diversos países aunque, cuando éramos nosotras pequeñas, esto no lo notábamos. Sin embargo, ahora se han redoblado algunas de estas películas a un español de España, existiendo las dos versiones. Fue a partir del estreno de La Bella y la Bestia cuando Disney España abandonó el español neutro y se adaptó. Actualmente, en los países hispanoamericanos se sigue adoptando este español neutro en el doblaje de películas y series norteamericanas. Aquí podéis ver el doblaje original de La Sirenita:

Además, en España también ha surgido una corriente de uso del español neutro en el ámbito del marketing (o mercadotecnia), en el que se intenta conseguir un lenguaje más cercano al cliente, con tuteo. Esto en Latinoamérica puede resultar inapropiado, ya que allí el uso del «vos» o de «ustedes» está muy extendido. Es por eso que cuando se comercializa un producto en ambos lugares, existen dos opciones: localizarlo o deslocalizarlo. Con la primera opción, los textos se adaptarán a la variedad lingüística que se emplee en el país, mientras que con la segunda, se eliminarán modismos o rasgos regionales. También es necesario decir que este problema de traducción se lo plantean grandes empresas o medios de comunicación como agencias de doblaje, mencionadas antes, o compañías de software, por ejemplo.

Otro claro caso del uso del español neutro es las Naciones Unidas. De esta organización internacional forman parte 21 países de habla española y bien es cierto que el Diccionario de la Real Academia Española ha ayudado a la estandarización del uso del idioma. Es por eso que la organización aboga por un español neutro panhispánico que todo hispanohablante pueda entender, tanto miembros de la organización como el público general de los Estados Miembro de la ONU. Por otra parte, muchos lingüistas han criticado el uso de este español, argumentando que su uso no provocaría nada más que la degradación de nuestro propio idioma y conllevaría el empobrecimiento del léxico y la sintaxis.

Así que, después de todo esto, podemos decir que sí existe un español neutro utilizado por diferentes organizaciones o ámbitos con unos fines determinados. Sin embargo, no es un idioma como tal porque, aunque se utilice para abaratar costes en doblaje, no hay nadie que hable español neutro en su día a día. Es un idioma artificial. Además, ningún acento es neutro, y en Castilla no se habla mejor castellano que en Argentina, Andalucía, Galicia o Puerto Rico porque el «mejor castellano» no existe. Tenemos que entender cada variedad  del español con su riqueza, complejidad y diversidad, ya que eso es lo que hace las lenguas mágicas e irremplazables.