La subtitulación

Cuando pensamos en la traducción audiovisual siempre se piensa en traducir y subtitular películas. Pero subtitular y traducir no es lo único que se hace en la traducción audiovisual. También es necesario transcribir el audio o documentar y catalogar el vídeo utilizando términos de diferentes idiomas, entre otros. Tampoco se trabaja siempre con películas y vídeos. Pueden ser anuncios, conferencias, vídeos educativos o documentales.

¿Quién necesita el subtitulado?

La producción de vídeos ha aumentado exponencialmente durante los últimos años, puesto que es una forma rápida, sencilla y entretenida de divulgar información. Son varios los sectores que cada vez se apoyan más en este formato. Un ejemplo es el sector audiovisual, aunque esto se debe a que la Ley General de la Comunicación Audiovisual de 2010 obliga a las cadenas de televisión a subtitular en español el 80 % de su parrilla si son privadas y el 90 % si son públicas.

El sector institucional también recae mucho en la traducción audiovisual, puesto que todo lo que se emite tiene que estar subtitulado. Por ejemplo, los organismos de la UE están obligados a subtitular en diversas lenguas los vídeos de las conferencias. De esta forma, los ponentes pueden ejercer su derecho de hablar en su idioma y el resto podemos entender lo que dicen.

El sector educativo genera mucho contenido audiovisual porque considera que los vídeos ayudan en gran medida a transmitir conocimientos. ¿Quién no ha buscado un vídeo en Youtube aclarar dudas sobre X tema? Los emisores de este contenido, como por ejemplo escuelas de negocio privadas, desean que llegue a un nivel internacional y, por ello, lo subtitulan en varios idiomas.

Además de que  los vídeos son una forma rápida y divertida de aprender, ayudan a mejorar la ubicación de un sitio en la web, de ahí que sea útil generarlos. Para posicionar un vídeo hay que generar metadatos para el vídeo, también conocidos como SEO para vídeo. Una buena forma de hacerlo es transcribir el vídeo, método que, a su vez, ayuda a posicionar el vídeo (y  por ende, el sitio web) en Internet. En lo referente a vídeos, también cabe destacar que cada vez son más comunes los vídeos con subtítulos en plataformas y redes como Facebook. Como una gran mayoría de personas las consultan desde el móvil en sitios en los que no se puede poner volumen, los subtítulos nos permiten enterarnos de qué va el vídeo sin necesidad de escucharlo.

El último sector es el de eventos y conferencias. España es puntera a nivel mundial en los vídeos del sector eventos y conferencias. La mayoría de conferencias se transcriben, subtitulan e indexan.

¿Cómo se trabaja con los vídeos?

Antes, se escuchaba el vídeo, se transcribía, se traducía y se ajustaba. Ahora, gracias a programas informáticos como el generado por Etiqmedia, se tarda 5 veces menos que de la manera convencional. Este programa permite el llamado «flujo supervisado de trabajo». En primer lugar, el programa transcribe y ajusta el audio a modo de borrador. Una persona corrige la transcripción y la reajusta en caso de que sea necesario. Después, un traductor se encarga de traducirlo todo. Según se va cambiando de segmento o de minuto, el programa va reajustando y aplicando los cambios elaborados por el traductor. Esta forma de trabajar es mucho más rápida y cómoda que la primera, puesto que uno de los pasos más laborioso, la transcripción, lo hace la máquina.

En resumen, podemos ver que el mundo de la traducción audiovisual está cambiando continuamente, ya sea por leyes o por la influencia de otros aspectos cotidianos, y que cada vez existen más programas que pueden facilitar el trabajo de los traductores, hacerlo más rápido y, por lo tanto, más eficaz y eficiente.